En Córdoba, Argentina, alguien dejó una niña recien nacida en el jardín de una casa abandonada.
Sin embargo, la suerte hizo que unos perros alertaran ladrando sin cesar de que la recién nacida se encontraba en el jardín.
La dueña de la casa había dado aviso a la Policía a raíz de los ladridos. Pero su ansiedad pudo más y se trasladó hasta el jardín de su casa y se topó con un cuadro desolador: una bebé de 1,8 kilos de peso que, presuntamente, habría nacido una media hora antes.
En ese momento, las fuerzas policiales llegaron al lugar para brindarle a la niña los primeros auxilios.
Acto seguido, trasladaron a la pequeña a una clínica ya que la niña de apenas 35 semanas de gestación, no presentaba signos vitales.
“Gracias a Dios y a la solidaridad de los vecinos y la Policía que se hizo presente rápidamente en el lugar”, señaló María Angélica Selaya, médica de guardia.
En la actualidad, la pequeña se encuentra estable en un hospital de la ciudad de Córdoba.
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