ELEGIR EL HOTEL CANINO

Siempre que sea posible, el dueño debe visitar la residencia pues es la mejor manera de hacerse una idea de cómo se cuida a los animales. Es importante ver el lugar donde va a dormir. Algunas residencias alojan a las mascotas en jaulas, otras en casetas o en cuartos. Observando el comportamiento del resto de los animales, el dueño puede conocer la idoneidad el lugar en el que su perro o gato va a pasar estos días de vacaciones. Es imprescindible elegir un sitio en que los perros puedan correr por los jardines para que eliminen el nerviosismo que les provoca estar fuera de su casa. El objetivo es que los animales se sientan como en su propio hogar desde el primer día, por eso se debe buscar un alojamiento donde estén cómodos y felices.

Una de las exigencias que suele hacer la residencia antes de aceptar al animal es que tenga la cartilla de vacunación en regla. El cliente tiene que indicar cuál es la comida que el perro o el gato ingiere en casa para que en el hotel siga consumiendo la misma marca siempre que sea posible. A veces, en la residencia piden al dueño que lleve la comida para que el animal no note tanto el cambio. Si el perro o gato está medicado hay que hacérselo saber a los encargados y llevar los fármacos para que los cuidadores se los suministren. Y, por último, sería recomendable comentar el tipo de carácter de la mascota y los posibles miedos o traumas que pueda padecer para que se evite, en la medida de lo posible, que sufra.

Conviene dejar un número de contacto para que el hotel llame al propietario del perro ante cualquier incidencia. En el caso de que no le vaya a ser posible acudir, puede dejar el número de un familiar o amigo para que se haga cargo si surge cualquier problema. Tal vez, al principio, el animal se sienta solo y abandonado pero es una situación corriente y transitoria que pasa en poco tiempo porque enseguida suele hacer amigos. Normalmente es el amo quien pasa peor los días separado de su mascota y muchas veces está deseando volver. Pero el dueño no debe extrañarse si al regresar de las vacaciones encuentra a su perro más huraño que de costumbre, ya que el animal se ha sentido desplazado por unos días y con su comportamiento quiere hacérselo saber a quien le ha dejado solo durante las vacaciones. En menos de una semana volverá a ser el mismo.

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